Invocación
En nombre del Padre Y madre de todas las gentes
que nos hace nacer del amor y de la tierra.
En nombre del Hijo, hermano de todos los hombres,
obrero en construcción del Mundo Nuevo.
En nombre del Espíritu de liberación,
inspiración morena de la Resurrección.
En nombre del pueblo olvidado y humillado,
eterno soñador del Reino de Amor.
En nombre de la Vida,
que es el otro nombre de la justicia y de la paz.
En nombre de la fuerza, de la lucha y del trabajo intenso,
victoria de la fe renacida,
cantamos al Señor
de ayer, de hoy y de mañana.
(Adaptación de Carlos Alberto Rodrígues Alves.
Tomado de Recursos Litúrgicos, 2da Jornada Ecuménica 2002, Rio de Janeiro)