Servicio litúrgico para el Día Mundial del Sida 2010
Acceso universal y derechos humanos: “Los medicamentos no bastan”
Preparación musical Saludo e himno de apertura
Oficiante 1 Mi hermana, mi hermano – ¡te damos la bienvenida! Ven, tú que tienes hambre de aceptación, sed de amor y necesidad de alimentos y provisiones, de sanación y esperanza. ¡Ven tal y como eres!
Canto
Oficiante 2 En este día, el Espíritu de Dios está sobre las personas angustiadas, las que confortan a la gente afligida, las personas pobres, las necesitadas… las hambrientas, las que lloran, las agonizantes, las que anhelan el sustento de los alimentos y un lugar en la mesa de la inclusividad
Congregación La palabra de Dios se cumple ahora en nuestra presencia y Jesús nos
pide a cada una y a todas las personas: enfermas y sanas, hambrientas y saciadas – ¡Vengan!
Canto
Oficiante 1 Hoy, el Espíritu de Dios nos da fuerza para abrirnos paso en la oscuridad de la apatía, la ignorancia, la impotencia, la desesperación, y así brindar sanación a las personas enfermas, estigmatizadas, discriminadas, alivio a las afligidas, esperanza a las desamparadas y pan a quienes padecen hambre.
Oficiante 2 Vengan todas las personas sedientas de justicia, hambrientas de equidad, las que dan voz a quienes no tienen voz. Cristo te llama a venir, tal como eres, estés donde estés…
Congregación… quienquiera seas y lo que se te considere ser – ¡te damos la bienvenida!
Lectura Los vínculos entre el VIH y los alimentos
La seguridad alimentaria, que es vital para toda la gente, tiene una particular importancia en el caso de las personas con VIH. Una dieta adecuada puede ayudarles a mantenerse saludables y reducir su vulnerabilidad a enfermedades relacionadas con el sida. Sin alimentos adecuados, la respuesta de una persona a los medicamentos antirretrovirales puede verse socavada; la frecuencia de las infecciones oportunistas podría aumentar y acelerarse la progresión de enfermedades asociadas al sida. Por lo tanto, proporcionar sólo medicamentos no es suficiente—los alimentos y una nutrición adecuados son elementos esenciales de la prevención, tratamiento, atención y apoyo en materia de VIH.
El VIH también tiene un impacto en la seguridad alimentaria. En el ámbito del hogar, las enfermedades relacionadas con el sida pueden limitar los niveles de energía de las personas, así como su capacidad de trabajar y obtener ingresos para comprar alimentos. El tiempo y los recursos del hogar, particularmente de las mujeres, también son consumidos por el cuidado de parientes enfermos. A nivel comunitario, el VIH y el sida disminuyen el número de personas productivas en la fuerza laboral y limitan la producción agrícola, reduciendo aun más la seguridad alimentaria. Asimismo, la exclusión y discriminación sociales incrementan la vulnerabilidad al hambre de las personas afectadas por el VIH y el sida.
A la vez, la falta de alimentos o ingresos puede forzar a la gente a priorizar la compra de alimentos más que la de fármacos antirretrovirales, lo cual reduce todavía más la eficacia del tratamiento del VIH. La inseguridad alimentaria, la limitación de opciones para obtener ingresos o de recursos, así como los conflictos u otras emergencias, también incrementan la vulnerabilidad de una persona al HIV, ya que pueden conducirle a conductas de mayor riesgo—por ejemplo, tener relaciones sexuales a cambio de alimentos o dinero.
Estos vínculos cíclicos exigen enfoques integrales tanto para garantizar la seguridad alimentaria de todas las personas como para lograr el acceso universal a prevención, tratamiento, atención y apoyo en materia de VIH.
La lectura es seguida por el sonido de campanillas, címbalos o un gong manual y por la atenuación de las luces para representar el efecto devastador que el sida tiene sobre todas las personas.
Canto de entrada Plegaria de confesión
Dirigida ya sea por un/a oficiante o varias voces en el salón.
Líder: Tú, que nos convocas a participar de tus mesas de justicia y equidad. Congregación: Conocemos nuestras muchas excusas, las hemos ensayado bien. Líder: El mundo es complicado y el camino incierto. Congregación: Conocemos nuestras excusas, Señor.
Líder: La justicia es un sueño agradable, pero también debemos cuidar de nosotras y nosotros mismos Congregación: Conocemos nuestras excusas, Señor. Líder: ¿Qué podemos hacer cuando un sistema financiero fracturado recompensa a los ricos y empobrece aun más a las personas pobres?
Congregación: Conocemos nuestras excusas, Señor. Líder: Nos hemos vuelto hábiles en darles la espalda a las personas hambrientas y sedientas de inclusión, equidad y justicia. . Congregación: Conocemos nuestras excusas, Señor. Líder: No relacionamos la abundancia de nuestro pan con la privación que esas personas padecen. No relacionamos la sed de aguas cristalinas con el futuro de tu creación. Congregación: Conocemos nuestras excusas, Señor. Líder: Transforma y renueva nuestras vidas a fin de que podamos convertirnos en una manifestación viva de tus promesas de esa fiesta de la inclusividad y la justicia a la cual todas las personas son incondicionalmente invitadas.. Restáuranos a la calidad de la vida para que en comunión, junto a todos los seres humanos que son nuestras hermanas y nuestros hermanos, podamos unirnos en la alabanza y el servicio a tu Reino donde todas y todos encontramos libertad y unidad.
Promesa de perdón
Líder: Hermanas y hermanos, el amor de Cristo del Dios del Reino nos libera de nuestros pecados y nos llama a tener una relación de la Creación se hace el Dios de la Redención que en Cristo nos perdona y libera de amor y servicio entre todos los seres humanos, sin fronteras y sin exclusiones. El Dios y por eso ahora estamos en paz. Debido a que Cristo nos ha liberado de nuestras idolatrías, divisiones y prejuicios, podemos compartir la luz maravillosa de la creación con otras personas.
Padre Nuestro Lectura del Antiguo Testamento
Isaías 58:5-8 ¿Acaso el ayuno que he escogido es sólo un día para que el hombre se mortifique? ¿Y sólo para que incline la cabeza como un junco, haga duelo y se cubra de ceniza? ¿A eso llaman ustedes día de ayuno y el día aceptable al Señor?
El ayuno que he escogido, ¿no es más bien romper las cadenas de injusticia y desatar las correas del yugo, poner en libertad a los oprimidos y romper toda atadura? ¿No es acaso el ayuno compartir tu pan con el hambriento y dar refugio a los pobres sin techo, vestir al desnudo y no dejar de lado a tus semejantes?
Si así procedes, tu luz despuntará como la aurora, y al instante llegará tu sanidad; tu justicia te abrirá el camino, y la gloria del Señor te seguirá.
Testimonios personales
Lectura del Evangelio
Mateo 4:3-4 El tentador se le acercó y le propuso: ‘Si eres el Hijo de Dios, ordena a estas piedras que se conviertan en pan’. Jesús le respondió: ‘Escrito está: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”
Reflexión, meditación y breve silencio.
Afirmación: Un llamado a la acción y la incidencia en
políticas públicas
Oficiante 1 El pan por sí solo no basta… Los medicamentos por sí solos no son suficientes… La comida por sí sola no basta… Las plegarias por sí solas no son suficientes
Congregación: Pero si nos unimos podemos transformar la realidad. Al unirnos podemos servir mejor. Al unirnos podemos alimentarnos mutuamente.
Oficiante 2. Las epidemias conducen a la impotencia. Enfermamos, nos volvemos débiles, no podemos producir. Ya no podemos alimentarnos, ni a nuestros amigos y amigas, hermanos y hermanas, hijos e hijas. No podemos transmitirles nuestras habilidades, por lo cual el ciclo de vida se interrumpe
Congregación: Pero somos empoderados y empoderadas para la promover justicia y equidad, y hoy unimos nuestros corazones y nuestras manos en acción. Que por el bien de las personas presentes y las que han de venir, ¡nuestra acción sea equiparable a nuestra pasión!
Oficiante 1. No podemos amar a Aquel que nos invita a la mesa de la dignidad y de la vida a menos que nos amemos mutuamente. Conocemos a Aquel que preside esa mesa al partir el pan con el extraño y extranjero, con la y el diferente, y nos reconocemos mutuamente, como sus hijas e hijos, cuando compartimos el pan.
Oficiante 2. Ya no estamos solos ni solas. El Reino es promesa y realidad de un banquete, y también lo es la vida —incluso apenas con una migaja de pan— siempre y cuando haya fraternidad, comunión y compañerismo.
Congregación: Todas las personas hemos conocido la soledad y hemos aprendido que la única solución es el amor con justicia. Ya que el amor y la equidad vienen con la comunidad, aprendamos hoy a vivir como una comunidad amorosa y radicalmente inclusiva.
Plegarias de intercesión
Pueden decirse plegarias específicas por personas o proyectos que la comunidad local conoce.
Caminante y camino de los lugares desérticos, quédate con quienes esperan haciendo fila para recibir agua y alimentos, viendo a sus amigos y amigas, hermanos y hermanas, pequeños hijos e hijas perder tanta energía, esperanzas y sueños, buscando la lluvia, buscando trabajo y salud
En su tiempo de espera, sé Tú la valentía de nuestros corazones y la esperanza de nuestras existencias: haz que florezcan nuestros desiertos.
Se enciende una vela mientras las luces permanecen atenuadas
Cristo, nuestro Dios y nuestro huésped que se revela como anfitrión, También tú naciste en nuestro mundo siendo un niño que no era libre: sujeto a la pobreza, el hostigamiento de poderes extranjeros, al estigma, la discriminación y peligros para tu vida y salud. Se enciende otra vela.
En tu Nombre clamamos por libertad para tus hijas e hijos ahora, en estos tiempos
y a lo largo de todas las generaciones
Se enciende otra vela.
Espejo de toda belleza, creador de todo lo que crece, no nos creaste para que nos separáramos de la tierra, sino que nos plantaste en un jardín para atenderlo y cuidarlo. Te
damos gracias por la multitud de plantas que nutren nuestros cuerpos, alivian nuestros dolores y nos dan placer Se enciende otra vela.
Danos, Señor, una comida en la cual nadie padezca hambre y todas las personas se alimenten, en la que no se desprecie a nadie y toda la gente sea amada, en la cual las personas enfermas sean sanadas y las quebradas restauradas, en la que confortemos a quien sufre y encontremos a quienes se perdieron. Te lo pedimos en nombre de Jesucristo, quien es nuestro sustento.
El salón vuelve a su brillo anterior para iluminar los derechos humanos fundamentales y la dignidad que todas las personas compartimos.
Ofrenda
Una vez más se canta una canción durante la colecta, que será destinada a un proyecto centrado específicamente en necesidades de nutrición y salud de las personas con vih o con sida
Bendición Que Aquel que se hace pan, quien conoce el hambre de quienes anhelan alimentos, la sed de quienes no tienen agua, el dolor de las personas que
rezan por plenitud, nos convierta en pan compartido junto a nuestros hermanos y hermanas, hasta que toda todos los pueblos, personas y grupos vulnerables haya sido alimentados. Amén.
Himno de clausura
Esta liturgia fue compilada, traducida y publicada por la Alianza Ecuménica de Acción Mundial (AEAM). Puede ser fotocopiada o citada siempre y cuando se dé el debido crédito a la fuente. No se permite utilizar este material para fines comerciales. ©2010 AEAM. www.e-alliance.ch Adaptada por el Pastor Lisandro Orlov. Pastoral Ecuménica VIH-SIDA. Buenos Aires. Argentina. www.pastoralsida.com.ar
Cuando la congregación se está retirando, se le puede invitar a leer y firmar la carta de la Alianza Ecuménica de Acción Mundial que insta a líderes del mundo a hacer más para vincular los alimentos y el VIH como parte de sus esfuerzos por cumplir las metas de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y del Acceso Universal (ver abajo). La carta debería luego ser enviada a tu Jefe/a de Estado u otras autoridades gubernamentales responsables de asuntos relacionados con el VIH y/o la alimentación en tu país.
Apreciable [Jefe/a de Estado],
Saludos desde la comunidad ecuménica convencida de que cada persona es creada a imagen y semejanza del Creador y, por tanto, tiene una dignidad y un valor que exigen la
satisfacción de ciertas necesidades básicas. Le escribimos con el propósito de exhortarle a asegurar que se cumplan los compromisos internacionales para reducir tanto el hambre como el VIH.
Se estima que hoy día 33.4 millones de personas en todo el mundo tienen la infección por VIH. Aunque la pandemia está estabilizándose, éste es un nivel extremadamente alto. Las personas con VIH se encuentran entre las más vulnerables de los países en desarrollo; muchas de ellas viven en la pobreza extrema y carecen de una nutrición apropiada y de opciones para obtener ingresos. El alza en los precios mundiales de los alimentos está incrementando aun más la vulnerabilidad de personas y comunidades empobrecidas, como también reduciendo cada vez más su capacidad de afrontar y recuperarse de impactos externos tales como cambios ambientales y conflictos armados.
En nuestra aldea global, a casi mil millones de personas se les deniega el derecho humano básico a una alimentación adecuada. Todas las personas precisan una buena nutrición, pero ésta es una necesidad aun más importante para las personas con VIH. Particularmente en el mundo en desarrollo, la dieta puede ser deficiente y a menudo la malnutrición es un problema. La presencia del VIH puede exacerbar esta situación, reduciendo la capacidad de las personas y comunidades para alimentarse. Por otra parte, es bien sabido que el acceso a alimentos y nutrición adecuados puede mitigar sustancialmente los impactos del VIH y el sida. Sin embargo, hasta la fecha han sido limitados los progresos en cuanto a integrar intervenciones de nutrición y seguridad alimentaria en los programas y políticas sobre el VIH. Una razón fundamental de ello es la falta de voluntad política.
Al suscribir la Declaración del Milenio, los gobiernos se comprometieron a erradicar el hambre y la pobreza extrema (Objetivo de Desarrollo del Milenio 1) y a combatir el VIH y el sida (ODM 6). De conformidad con tales compromisos, para el año 2015 deberá haberse reducido a la mitad el porcentaje de personas que padecen hambre, así como detenido y comenzado a reducir la propagación del VIH. No obstante, esas metas distan de ser alcanzadas, como también la meta de las Naciones Unidas de destinar el 0.7 por ciento del ingreso nacional bruto a la Asistencia Oficial para el Desarrollo.
Asimismo, la comunidad internacional reconoció la importancia de la nutrición para la prevención y atención del VIH cuando, en junio de 2006, la Declaración Política de la Sesión Extraordinaria de la Asamblea General sobre el VIH y el sida resolvió “integrar el apoyo en materia de alimentos y nutrición, con el objetivo de que todas las personas tengan en todo momento acceso a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades dietéticas y sus preferencias alimentarias y promover de ese modo la vida activa y sana, como parte de una respuesta global contra el VIH/SIDA” (Artículo 28). Este compromiso es un componente importante de la promesa de los gobiernos de lograr el acceso universal a prevención, tratamiento, atención y apoyo en materia de VIH para el año 2010. Sin embargo, también esta meta está lejos de ser alcanzada.
Los gobiernos se reunirán en la Sesión Extraordinaria de la Asamblea General sobre la lucha contra el VIH y el sida, a realizarse en 2011 en Nueva York, para examinar la implementación de estos compromisos. Durante los próximos años también continuarán examinando los progresos en el cumplimiento de los ODM para el año 2015. Previo a estas reuniones de examen, es vital que cada Estado demuestre una auténtica voluntad política en cuanto a integrar la nutrición y el VIH de las siguientes maneras:
• Cumplir el Artículo 28 de la Declaración Política de la Asamblea General incorporando la nutrición y la seguridad alimentaria en políticas y programas dirigidos a incrementar los esfuerzos por lograr el acceso universal a prevención, tratamiento, atención y apoyo en materia de VIH, incluyendo los encaminados a prevenir la transmisión vertical o “de madre a hijo” del VIH.
• Incorporar indicadores de nutrición en las actividades de monitorización y evaluación del VIH, incluyendo la monitorización y evaluación de las estrategias nacionales para el sida. • Asegurar que las políticas y los programas agrícolas sean sensibles a la problemática del VIH y focalicen a agricultores—principalmente mujeres—a pequeña escala.
• Trabajar en todos los sectores, inclusive con las personas con VIH y la sociedad civil más amplia, a fin de asegurar que la asistencia en materia de alimentos y nutrición llega a las personas más vulnerables, es pertinente y apropiada y no promueve estigma ni discriminación.
Gracias anticipadamente por su acción que salvará vidas
Un saludo de comunión y fe,
Lisandro Orlov Tte. Gral. Juan D. Perón 1593 Piso 8 Dto. O (C1037ACC) Ciudad Autónoma de Buenos Aires Argentina Telefax (54+11) 4-384-6568 orlov@uolsinectis.com.ar www.pastoralsida.com.ar