Oh Dios, te agradecemos por las abundancias de nuestras bendiciones,
mas oramos para que aquello que nos sobra no falte a otros.
Satisface los deseos de cada uno de tus hijos e hijas.
Permite que la fuerza que obtendremos de este alimento
sea empleada nuevamente para el bien común,
y nuestra vida pueda retribuir, a la humanidad,
el equivalente en trabajo útil por la nutrición que recibimos.
(Walter Rauschenbusch)