Dios, dador de vida, que siempre acompañas nuestros
peregrinajes, te damos gracias por esta tierra a la que
llegaron muchos de nuestros padres y madres buscando
una vida mejor, y por quienes les hicieron un lugar, les
dieron trabajo, les ofrecieron amistad, se hicieron familia
para ellos y ellas.
Te agradecemos porque también acompañaste a nuestros
propios hermanos y hermanas que debieron emigrar a
otras tierras, donde encontraron oportunidades, afectos
y cuidado.
Te pedimos por quienes siguen hoy peregrinando en busca
de oportunidades de vida digna, dejando atrás tradiciones,
lengua, familia, afectos, y en especial por quienes llegan
hasta nuestra tierra. Que encuentren respeto, comprensión
y afecto, y no se vean expuestos al engaño y la explotación.
Que al verlos podamos recordar que todos somos tus hijos
e hijas, todos peregrinos, como vos mismo, que en Jesús
fuiste un bebé emigrante y perseguido.
Bendice, oh Dios, a “todos los hombres y mujeres del mundo
que necesiten habitar el suelo argentino”, y da fuerza y
sabiduría a las personas y organizaciones que trabajan para
recibirlos y sostener su esperanza de un futuro mejor.
Por Cristo Jesús. Amén.
Iglesia Evangélica Metodista de Flores, Buenos Aires
Viviana Pinto, pastora