Dale al César lo que es de él, lo que le pertenece,
las ambiciones y preocupaciones, las ansias de poder.
Dale al César lo que te aleja de tu prójimo,
el egoísmo y la ambición, aquello que impide ser solidario.
Dale al César aquellas cosas intrascendentes,
deja en sus manos lo que se parece a él,
las cosas que tienen su imagen, su esencia y lo material.
Dale a Dios tus sentimientos, tus ideales y sueños,
todo lo que te hace crecer,
tu capacidad de Amar, dale tu vida.
Dale a Dios tu sonrisa, tu optimismo, tu esperanza.
Dale a Dios cuanto puedas,
Él no te resta, te multiplica y bendice.
No le des al César tu salvación, ni tu honor le vendas.
Donde esté tu tesoro allí te amarrará
el deseo de poder y de explotar,
allí se morirá tu corazón.
Dale a Dios tu fuerza,
no sucumbas a las tentaciones
¿De quién es la cara del dinero?
¿Cuál es el rostro que aparece en la tentación?
¿Quién te mira desde el pecado?
No caigas en las tentaciones del mercado,
Todo lo compra, y vende todo.
Dale a Dios tu fidelidad,
dale a Dios toda tu existencia, tu futuro,
dale a Dios lo que es de Dios,
lo que Él con amor siempre te ha dado.
Obed Juan Vizcaíno Nájera
Maracaibo – Venezuela