Dador de todo lo bueno

Dador de todo lo bueno:
te damos gracias por responder a nuestra oración
con el pan de cada día.
A tus órdenes, la semilla germina y el grano se levanta desde la tierra,
los agricultores están atentos a la llamada a trabajar
los campos maduros para la cosecha.
Por tu gracia, los molineros muelen y los panaderos hacen el pan,
y así las ciudades y las naciones tienen alimento.
Abre nuestros ojos y nuestros oídos,
da vida a cada uno de nuestros sentidos
para que podamos encontrar en cada dádiva tuya una prueba de tu providencia.
Tú eres la fuente de nuestro alimento corporal y espiritual,
sorpréndenos de nuevo con tus dones generosos,
que se muestran como el maná en medio de quienes enfrentan la muerte,
de quienes lloran, de quienes sufren.
Enséñanos a orar desde el corazón, que lleguemos a confiar en ti por completo.
Nos acompañas también en tiempos de ayuno,
y permaneces como compañero nuestro en tiempos de pobreza y escasez.
Haz que permanezcamos en tu amor
y concédenos que mostremos  amor hacia ti y hacia los demás.
Te lo pedimos en el nombre de Jesús,
que partió el pan y lo compartió generosa y gratuitamente.
Amén.
(Consejo Mundial de Iglesias 2005. Tomado del libro de culto “En tu gracia”)

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