La comunidad tendrá un gesto de taparse los ojos en este momento de manera que cuando estemos confesando nuestros pecados los tendremos tapados como símbolo de estar aún en oscuridades
(Introducción) Adviento es tiempo de prepararnos para el Mesías que viene y acerca una vez a nosotros/as. Es la continua esperanza que nos invita a revisar también nuestras actitudes y cómo nos estamos esperando. Es por eso que queremos compartir un momento de repensar nuestras vidas, nuestras acciones más cotidianas, nuestros pensamientos.
Ahora, que nuestros ojos han sido cerrados, podemos concentrarnos en esta oscuridad, y pensar en las tinieblas que hoy nos invaden. ¿Cuáles son las cosas que nos impiden abrirnos y ver las luces que nos esperan? (esperar un tiempo breve)
– Perdona, Señor el propio hecho de cerrar los ojos ante las sensibilidades que nos rodean y los gritos de tanta gente que sufre.
– Ese tiempo de Adviento nos invita a esperar activamente. Perdónanos cuando nos cruzamos de brazos y optamos únicamente por una espera que nos inmoviliza y nos impide actuar desde la justicia, la paz, el amor…
(canto de confesión)
– Perdona la posición indiferente ante las necesidades de nuestro prójimo. Perdona nuestros oídos que se cierran cuando preferimos ni siquiera involucrarnos en algunas situaciones que “nos complican” y optamos por separarnos, rectificar y acelerar nuestro paso para seguir nuestro camino enajenante.
– Perdona la apatía que nos aleja de los ideales de justicia y de la posibilidad de construir el Reino de Dios entre nosotros/as, siempre con el argumento de que esas cosas no nos corresponde.
(canto de confesión)
– Perdona tanta envidia, tanta necesidad de egocentrismo, tanto prejuicios para nuestras elecciones, tanta violencia en nuestros comportamientos, en nuestro actuar. Perdona Señor la hipocresía que elegimos para ser aceptados/as en algunos espacios y por algunas personas para nuestros intereses.
(Canto de confesión)
Nos destapamos los ojos y percibimos una vez más la luz que vemos, sentimos…nuestra luz interior, la luz de Dios. Encendemos en este momento la vela de la Esperanza
Este Adviento nos desafía, nos invita a la renovación, al arrepentimiento, al perdón…Hemos puesto ante Dios todas nuestras debilidades, las partes más oscuras que nos empañan la vida. Pretendemos despojarnos de las tinieblas que nos invaden y revestirnos de las luces que nunca se apagan.
Seguridad del perdón
Esta vela que hoy encendemos es la vela de la Esperanza. Hoy se convierte en el símbolo de la luz del perdón de Dios. Con esta luz tenemos la seguridad de que Dios nos escucha y nos perdona. ¡Gracias Señor, por tu perdón infinito, gracias Señor por tu perdón!
Amós López (Cuba)
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